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En La Playa…

Mi historia más hot paso en enero que viaje solo a Santa Marta, me quedé una noche en el Tayrona acampando en Cabo San Juan, en la noche es un sitio de cruising y encuentros.. salí recorrer la playa y estaba fumando un cigarro y se me acerco un chico a pedirme un cigarro. Este chico estaba con su pareja y me invitaron a fumar un poco de hierba. 

Fuimos a la cabaña donde esta el salvavidas en el día y después de un rato de estar ahí fumando recordé que tenía un popper, les ofrecí y aceptaron y eso nos calentó muchísimo nos empezamos a besar los 3 y a tocarnos, y mientras uno me besaba el otro chico ya estaba de rodillas, me había sacado la verga del traje de baño y se había puesto a mamar. se turnaban entre ellos para hacerlo. 

Al punto que estaban ambos de rodillas chupando mi verga y besándose, me habían quitado el traje de baño.. salimos de la cabaña y nos fuimos a la esquina de la playa y nos quitamos toda la ropa nos besamos y me hicieron sexo oral hasta que uno de ellostomó Uno de ellos se tomó toda mi leche, pero la cosa no termino ahí al día siguiente que me quedé en un hotel en santa Marta ellos se encontraron conmigo y se quedaron en mi hotel y no esperamos sino a llegar nos duchamos juntos los 3  y estos chicos no me soltaban bueno o yo soltaba uno para seguir con el otro. 

Mientras uno se duchaba me lleve a uno a la cama y me lo empecé a comer y el otro salió de la ducha y se nos unio. Cada uno le pedía permiso al otro para chuparme la Vega y para sentarse en ella al final el que se tomó toda mi leche dejo que el otro chico esta vez la recibiera  pero en sus nalgas Para resumir así pasamos toda la noche la mañana siguiente me acompañaron en mi viaje a todas partes y hasta perdí mi avión por despedirme de ellos con un buen polvo antes de volver a Medellín pero no me arrepiento de nada jeje se pasó una chimba

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La Mejor Catedra

El año no lo recuerdo, el día era un sábado en la tarde, el lugar la Universidad de Antioquia.
Habían pasado cerca de 8 meses de uno de los tantos paros que se dan en las universidades públicas y el ambiente del campus era de completa soledad. Yo me encontraba en el segundo piso del bloque 6 leyendo yq luego de un prolongado tiempo de ser el único en aquel espacio, un chico apareció en mi horizonte camiando por los solitarios pasillos.

Retiré la vista del libro y crucé miradas con el joven, quien me sonrió y continuó su recorrido. Lo seguí con la mirada y quedé hipnotizado con la horma de su pantaloneta que le marcaba un precioso y bien trabajado derrier. No habían pasado ni 10 metros cuando este hombre se descubre la pantaloneta y mientras continúa con su caminar, deja al descubierto sus gluteos.
No lo podía creer, estaba completamente sólo en este espacio de la universidad y tenía frente a mis ojos a un sujeto que me estaba incitando al pecado con tremenda provocación.

Estaba estupefacto y mientras lo veia alejarse, sabia que no lo podía dejar ir, entonces recogi mis cosas y comencé a seguirlo.
El se percató de ello, se subió su pantaloneta y al final del pasillo giró en dirección oriente hacia la zona que conduce al bloque
1 y yo aceleré el paso.
Cuando tuve nuevamente la visual, vi como el chico giró a la derecha, lo cual me dio a entender que se dirigía a los baños del primer piso, asi que aceleré el pasó, giré y bajé las escalas a toda prisa, llegué a los baños y no lo encontré ahi.
Todo el espacio estaba vació y yo era nuevamente el único que se encontraba ahi a solas con mi soledad y la compañia del libro.
Subi al segundo piso y al dirigir la mirada a la plaza del Ché, ahí estaba él, ahí a solas con el paisaje donde nuestras miradas se encontraron nuevamente y en un tiempo que parecia atemporal, nuestro deseo fue creciendo más y más, al punto que sin hacernos gestos, definimos que necesitabamos el contacto fisico inmediato.

El se dejó venir y en menos de dos minutos ya había subido al segundo piso y estaba frente a mí diciéndome que estaba muy excitado y que quería que le diera un buen beso negro, ahi justo en aquellos solitarios pasillos, a la vista de todos y con la adrenalina de que en algún momento alguien nos pudiera descubir.
Hasta ese momento, nunca antes había explorado este tipo de exploraciones sexuales, pero ante tremenda motivación tan bien trabajada terminé por ceder.
El chico descubrió su pantaloneta, levantó una pierna, la apoyó contra la pared y con su mano derecha separó sus gluteos, dejando ver un rosado y muy limpio orificio, el cual palpitaba pidiendo a gritos una estimulación oral. Esta sería mi primera experiencia de este tipo y teniendo en cuenta algunas referencias de materiales audiovisuales, tenia claro como debia realizar la exploración y queria dejar la vara muy en alto.

Comencé por acercar mis manos y tocar sus nalgas, luego de sentir la textura de su piel lampiña, continué disfrutando de esta experiencia multisensorial
olfateando la zona y descubriendo un olor bastante agradable para mi gusto. El chico acababa de salir de piscina y su higiene era impecable.
La vista, el tacto y el olfato me tenían sobre estimulado y sabía lo que de venía en esta experiencia, así que comencé muy sutilmente a besar aquella zona erógena y en menos de un minuto había pasado de 0 a 100.
Le tomé literalmente gusto al asunto y mientras succionaba frenéticamente
podía percatarme de como entre gemido y gemido, el cuerpo de este hombre quería más.
Desde el pasillo veiamos a las personas transitar por la calle Barranquilla, indiferentes de lo que estabamos haciendo. Los buses transitaban y la universidad seguía completamente a solas.
Pasaron quien sabe cuantos minutos y ni un solo vigilante aparecia a la vista.
Yo seguía ahi,
alimentandome de él y este a su vez con cada gemido y retorcijón de su cuerpo me impulsaba a continuar con mi ardua labor.
Llegó un momentó en el que sus piernas comenzaban a flaquear y ante tal excitación, de forma natural y con la espontaneidad del caso, su cuerpo terminó por expulsar a la pared una buena y prominente cantidad de liquido seminal.
Yo quería seguir pero él ya estaba cediendo y doblegandose en un orgasmo que se prolongaba más allá de aquella emulsión involuntaria.

Lo ayude a levantarse y nos sentamos en una de las mesas continuas, ahí hablamos un rato y luego él me dio uno de los mejores regalos de ese día.
Ahí sentados los dos, uno frente al otro, descubrió sus bellos pies y permitió que los explorara y les diera un masaje con exploración genital.
Luego de confesarle que era mi primera vez haciendo este tipo de cosas, él me dijo que lo había hecho muy bien, a lo que le propuse una nueva intervención que aceptó gustosamente.
Repetimos y disfrutamos de la adrenalina que genera saber que estamos haciendo algo prohibido en un lugar tan público.
Esta fue mi historia de pecado, una que me ha dejado un gusto particular por realizar este tipo de prácticas y descubrir otra faceta de mi sexualidad.
Agradezco por tu tiempo y el espacio que nos brindas al permitirnos contar desde la clandestinidad, aquellas cosas que para muchos siguen siendo tabú y que hay que aprender a normalizar

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Desde ese dia me volvi adicto…

Disfruto muchísimo del olor natural de las personas y me enciende demasiado sentir la excitación en el aroma y a esa hora la sensación fue multisensorial porque mis ojos estaban al pendiente de que no nos vieran, mi mano jugueteaba con su pene aun por dentro de su pantalón, mis oídos estaban al pendiente del recorrido y mi lengua al igual que mi pene, lubricaban
excesivamente…MIERDA,
este tipo ya se va a bajar…
¡Próxima estación
Aguacatala!
-¿Te tienes que bajar?

  • Puedo seguir, me contestó. Esas palabras me encendieron mucho más y aproveché la aglomeración de la parada para aferrarme más a su pene, mientras que él hacía lo propio con el mío. Sincronizamos la manera de tocarnos mientras llegábamos a Poblado. Sabía que allí tendría otra oportunidad de ser más descarado, aprovechando el empujón que dan las personas tratando de entrar o salir y en efecto tuve la fortuna de bajarle la pretina e introducir mí mano para corroborar lo que en mí ya era muy notorio….su ropa interior estaba muy mojada, mucho…¡Bom, bom! ¡Bom, bom! Hay un pene palpitando detrás de mí.
    Siento una electrizante sensación, causada por la sorpresa que me acabo de llevar…¡Marica, nos pillaron!, pensé. Creí haber sido lo suficientemente discreto y precavido para no levantar sospechas, pero tenía detrás de mí a otro sujeto que se estaba haciendo sentir y de que manera. El cruising deja huellas fácilmente rastreables y al parecer lo que nosotros estabamos haciendo dejó su evidencia, yo estaba a mil, sudaba yo estaba a mil, sudaba frío, quería voltear, pero tenía miedo de que al hacer contacto visual hubieran más ojos que me mirasen inquisidoramente.
    Mi mano izquierda estaba húmeda por la exploración que estaba haciendo, mi mano derecha estaba afereada a los barandales y mi culo estaba expuesto y vulnerable a la exploración que alguien estaba haciendo y aunque me cueste aceptarlo, lo estaba disfrutando, este tipo debe ser todo un master en ello, pues poco a poco yo estaba bajando la guardia y también comencé a moverme tratando de entregarme a ese hombre que con su bulto y su frenético restregar me hacía desearlo, pese a que aún no conocía su rostro, pero gracias a esa proximidad ya tenía una representación mental de cómo era la morfología que se le dibujaba entre su
    entrepierna…¡Próxima
    estación Industriales!

Aproveché el flujo de pasajeros para acomodarme mejor y verle a la cara al otro chico, ¡Dios, es un mono bastante majo!
No hay verbalización de palabra alguna, pero con nuestra mirada nos lo decimos todo. el tren sigue su marcha y este hombre me aprieta el culo con su mano, inhalo fuerte, mis piernas peludas tienen espasmos, saco la mano del otro chico y me giro un poco a la izquierda para tratar de ir de una entrepierna a otra y explorar otra anatomía. Es muy grueso, me encanta como se siente, miro al primer chico y lo tomo de su mano izquierda, me aferro a ella fuertemente mientras el chico de atrás me aprieta las nalgas… ¡Próxima estación Exposiciones!

Aquí nadie se subió ni se bajó, parecíamos figuras de un tetris que no tenía más opciones para acomodarnos, yo estaba al éxtasis, seguía al vaivén de lo que me estaban tocando y también jugaba con la verga mojadita que tenía en frente, ya nada me importaba, a la mierda todo, quiero sexo, lo necesito y no puedo pedirlo, no aguanto más y estoy demasiado lubricado por los dos frentes. De la nada el tipo de atrás se acerca muchísimo más y me respira en el oído.JUEPUTAAAA, no puedo más, este hombre ha jalado el gatillo al explorarme la zona más erógena de mí cuerpo y siento como me vengo a chorros que se quedan atrapados entre mis brief…
¡Próxima estación
Alpujarra!

Sentía una horrible sensación al no poder gemir y tener que ahogar esa deliciosa sensación
mientras todo mí cuerpo se estremecía. El chico de enfrente solo me miraba y con su mano pudo comprobar al tacto, que mi entrepierna estaba muy mojada, él solo se limitaba a tocarme el bulto y yo estaba tratando de disimular el placer que se me dibujaba en la cara y que por efectos del tapabocas no era tan evidente, pese a que los ojos eran muy expresivos…
¡Próxima estación San
Antonio!
Las puertas del tren se abrieron de golpe y los tres salimos expulsados junto a muchas otras personas que salieron en ese momento.
Trato de caminar naturalmente por la plataforma mientras veo como el chico de atrás se aleja entre la multitud y se dispone a cambiar de tren.

Por su parte, el primer chico se queda caminando conmigo y me dice que se tiene que devolver a
Poblado porque allí lo esperaban. Entiendo la situación y comprendo que así como las cosas se dieron, también hasta ahí llegaron y me despido. El tren sigue su rumbo y yo ya solo en plataforma, me preparo para seguir mi ruta, espero el próximo tren y sigo el recorrido sin mayor novedad. Llego a casa, me desvisto y me ducho, me tiendo sobre la cama y me quedo un rato largo oliendo mis calzones sudados y humedecidos con mi líquido seminal, ¡Dios, que buena experiencia la que he tenido en este día!

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Paso en el metro

Esto sucedió en una de esas tardes de agosto, cuando la rutina se vio interrumpida por un cruce de miradas.
Son las 5 p.m. y me dispongo a hacer el recorrido en tren que habitualmente me lleva del trabajo a la casa, comienza la hora pico y sólo quiero descansar. Me dirijo al último vagón porque es el que menos se llena en el recorrido entre las estaciones La Estrella y Universidad y mientras aguardaba por la apertura de las puertas, crucé miradas con un chico.
En principio no le di mucha importancia y seguí
escaneando la plataforma
queriendo deleitar la vista y al volver a mirar al chico, noto como este se estaba tocando a través del bolsillo de su pantalón, lo miro a la cara, me mira, sonríe con sus ojos y yo soy incapaz de sostenerle la mirada… ;Hay una evidente tensión sexual en el ambiente!
Él se deja venir, le miro la entrepierna y noto una prominente erección, me quedo fijamente deleitado con ello, lo miro, me mira y sigue un par de metros, forzándome a girar para no perderlo de mi campo visual. No necesitamos hablar para entender lo que nuestro lenguaje corporal nos está pidiendo…
¡Queremos morbo, queremos sexo!
El tren abre sus puertas y yo entro primero, quedando a la expectativa de seguirle el rastro al chico y para mi sorpresa, este se me sienta al lado, se pone un bolso sobre su entrepierna y yo trato de bajar la mirada muy sutilmente para fijarla sobre su pretina…. ¡Bom, bom!
¡Bom bom! Su pene late vigorosamente ¡Bom, bom!
¡Bom, bom! Su pene late vigorosamente ¡Bom, bom!
¡Bom, bom! El mío se sincroniza con su palpitar.

Había escuchado historias de cruising en el transporte público, pero pensé que era un mito urbano, una fantasía que muchos quisieran experimentar, pero ese día comprendí que la cosa era real y odié profundamente no haberme situado en el primer vagón para vivir mejor la experiencia. El tren inicia su recorrido y cada que le miraba la entrepierna, su pene daba brincos cada vez más notorios y yo estaba entrando en éxtasis, me mordía los labios, me fijaba en que nadie nos estuviera viendo y no me aguanté más… ¡Le hablé!

  • ¿Para dónde vas?
  • Poblado, ¿ vos?
  • Universidad.
    Le pregunté por el rol y que hacer para poder tocar eso tan delicioso que tanta fuerza hacía por salir. El se toca por encima y define una silueta de un miembro que marcaba al rededor de unos 19 cm, traté de tocarlo pero aún no había bastante gente ahí……;Próxima
    estación Sabaneta!
    El tren se detiene y me dice
    ¡vamos! Se levanta y lo sigo sin saber que va a pasar, el tren continúa su recorrido y él me dice que en el próximo nos hacemos en el segundo vagón, nos bajamos en la siguiente estación y en la siguiente nos hacemos en la primera puerta del primer vagón. Así lo hicimos y entre parada y parada me explica como debo pararme en la puerta para no despertar sospechas de nada entre los demás pasajeros.
    Cuando llegó el momento de estar entre la multitud pude poner en práctica lo que me había indicado y ahí pude corroborar lo que antes había visto cuando se lo marcó con su mano, era grande, de grosor básico, pero se sentía muy bien al manos que lo agarraba sutilmente mientran trataban de masturbarlo…

¡Próxima estación Ayurá!

La técnica es bastante simple, con una mano te sujetas de un barandal, mientras que la otra la sitúas sobre el bolsillo sin guardarla y esperas pacientemente a que el aforo haga lo suyo…los roces son inevitables, pero

la mano está ahí para pescar en rio revuelto. El chico y yo uno en frente del otro, estabamos tocándonos entre la multitud, disfrutando de la adrenalina y la euforia del momento y yo podía sentir como nuestros cuerpos entraban en efervescencia y el sudor se mezclaba con las feromonas.

Disfruto muchísimo del olor natural de las personas y me enciende demasiado sentir la excitación en el aroma y a esa hora la sensación fue multisensorial porque mis ojos estaban al pendiente de que no nos vieran, mi mano jugueteaba con su pene aun por dentro de su pantalón, mis oídos estaban al pendiente del recorrido y mi lengua al igual que mi pene, lubricaban

excesivamente…MIERDA,

este tipo ya se va a bajar…

¡Próxima estación

Aguacatala!

-¿Te tienes que bajar?

– Puedo seguir, me contestó. Esas palabras me encendieron mucho más y aproveché la aglomeración de la parada para aferrarme más a su pene, mientras que él hacía lo propio con el mío. Sincronizamos la manera de tocarnos mientras llegábamos a Poblado. Sabía que allí tendría otra oportunidad de ser más descarado, aprovechando el empujón que dan las personas tratando de entrar o salir y en efecto tuve la fortuna de bajarle la pretina e introducir mí mano para corroborar lo que en mí ya era muy notorio….su ropa interior estaba muy mojada, mucho…¡Bom, bom! ¡Bom, bom! Hay un pene palpitando detrás de mí.

Siento una electrizante sensación, causada por la sorpresa que me acabo de llevar…¡Marica, nos pillaron!, pensé. Creí haber sido lo suficientemente discreto y precavido para no levantar sospechas, pero tenía detrás de mí a otro sujeto que se estaba haciendo sentir y de que manera. El cruising deja huellas fácilmente rastreables y al parecer lo que nosotros estabamos haciendo dejó su evidencia, yo estaba a mil, sudaba yo estaba a mil, sudaba frío, quería voltear, pero tenía miedo de que al hacer contacto visual hubieran más ojos que me mirasen inquisidoramente.

Mi mano izquierda estaba húmeda por la exploración que estaba haciendo, mi mano derecha estaba afereada a los barandales y mi culo estaba expuesto y vulnerable a la exploración que alguien estaba haciendo y aunque me cueste aceptarlo, lo estaba disfrutando, este tipo debe ser todo un master en ello, pues poco a poco yo estaba bajando la guardia y también comencé a moverme tratando de entregarme a ese hombre que con su bulto y su frenético restregar me hacía desearlo, pese a que aún no conocía su rostro, pero gracias a esa proximidad ya tenía una representación mental de cómo era la morfología que se le dibujaba entre su

entrepierna…¡Próxima

estación Industriales!


Aproveché el flujo de


pasajeros para



acomodarme mejor y verle a


la cara al otro chico, ¡Dios,


es un mono bastante majo!

No hay verbalización de


palabra alguna, pero con


nuestra mirada nos lo



decimos todo. el tren sigue su marcha y este hombre me aprieta el culo con su mano, inhalo fuerte, mis piernas peludas tienen espasmos, saco la mano del otro chico y me giro un poco a la izquierda para tratar de ir de una entrepierna a otra y explorar otra anatomía. Es muy grueso, me encanta como se siente, miro al primer chico y lo tomo de su mano izquierda, me aferro a ella fuertemente mientras el chico de atrás me aprieta las nalgas… ¡Próxima estación Exposiciones!


Aquí nadie se subió ni se bajó, parecíamos figuras de un tetris que no tenía más opciones para acomodarnos, yo estaba al éxtasis, seguía al vaivén de lo que me estaban tocando y también jugaba con la verga mojadita que tenía en frente, ya nada me importaba, a la mierda todo, quiero sexo, lo necesito y no puedo pedirlo, no aguanto más y estoy demasiado lubricado por los dos frentes. De la nada el tipo de atrás se acerca muchísimo más y me respira en el oído.JUEPUTAAAA, no puedo más, este hombre ha jalado el gatillo al explorarme la zona más erógena de mí cuerpo y siento como me vengo a chorros que se quedan atrapados entre mis brief…

¡Próxima estación

Alpujarra!


Sentía una horrible sensación al no poder gemir  y tener que ahogar esa deliciosa sensación

mientras todo mí cuerpo se estremecía. El chico de enfrente solo me miraba y con su mano pudo comprobar al tacto, que mi entrepierna estaba muy mojada, él solo se limitaba a tocarme el bulto y yo estaba tratando de disimular el placer que se me dibujaba en la cara y que por efectos del tapabocas no era tan evidente, pese a que los ojos eran muy expresivos…

¡Próxima estación San

Antonio!

Las puertas del tren se abrieron de golpe y los tres salimos expulsados junto a muchas otras personas que salieron en ese momento.

Trato de caminar naturalmente por la plataforma mientras veo como el chico de atrás se aleja entre la multitud y se dispone a cambiar de tren.


Por su parte, el primer chico se queda caminando conmigo y me dice que se tiene que devolver a

Poblado porque allí lo esperaban. Entiendo la situación y comprendo que así como las cosas se dieron, también hasta ahí llegaron y me despido. El tren sigue su rumbo y yo ya solo en plataforma, me preparo para seguir mi ruta, espero el próximo tren y sigo el recorrido sin mayor novedad. Llego a casa, me desvisto y me ducho, me tiendo sobre la cama y me quedo un rato largo oliendo mis calzones sudados y humedecidos con mi líquido seminal, ¡Dios, que buena experiencia la que he tenido en este día!

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El Cuarto Oscuro

En el tranquilo laboratorio de fotografía de la universidad, donde la luz tenue iluminaba las mesas llenas de cámaras y equipos, se desarrolló una historia única de pasión entre un compañero y yo. Aquel lugar solía ser testigo de proyectos y revelados, pero esa tarde, se convirtió en el escenario de una conexión especial. 
 
Era tarde, la mayoría de mis compañeros ya se habían retirado, dejando el laboratorio en silencio, solo interrumpido por el suave zumbido de los ventiladores de las ampliadoras. XXXXX y yo compartíamos la misma pasión por la fotografía, y a menudo nos encontrábamos en los pasillos de la universidad hasta altas horas de la noche para perfeccionar nuestras habilidades. 
 
Él estaba 2 o 3 semestres más adelante en la carrera de fotografía, pero al ser tan pocos estudiantes en la facultad nos conocíamos de antes, y habíamos cruzado dos o tres palabras en los corredores. Esa tarde, y después de que un profesor les hubiera comentado en su clase lo sorprendido que estaba con mis avances en procesos alternativos (cianotipia, papel salado) XXXXX se me acerco y me pidió le explicara como podía mejorar su técnica. 
 
Sin ninguna sospecha accedí a hacer unos ejercicios con él, explicándole que necesitábamos el cuarto oscuro. Él sonrió y me respondió con una sonrisa pícara (que no alcance a relacionar hasta después del suceso) que ya que yo tenía reservado para esa tarde el cuarto oscuro podíamos aprovechar. 
 
En medio de ajustes de lentes, ampliadoras y químicos, y la ausencia total de luz la conversación fluyo fácilmente entre los dos. Compartimos risas y anécdotas, descubriendo que teníamos más en común de lo que imaginábamos. A medida que la conexión crecía, la chispa del interés mutuo encendía una llama especial. 
 
En un momento los dos nos quedamos en silencio…solo se escuchaba el murmullo de las respiraciones, mientras revisaba a ciegas algunas plantillas en una mesa llena de fotografías, la atmósfera cambió. La complicidad se tornó en deseo, y el suave sonido de nuestras respiraciones se desvaneció para dar paso a un silencio compartido. El corazón latía más rápido, y las risas se convirtieron en susurros cómplices. 
 
La sala estaba en completa oscuridad proporcionando el escenario perfecto. En medio de la penumbra XXXXX se acercó hacia mi dejándome sentir su aliento cálido a pocos centímetros de mi boca… a tientas y sin ver qué pasaba al frente del otro dirigió sus manos a mi pantalón… para este momento mi erección era monumental, y cuando él puso sus manos sobre mi sentí como su respiración se tornó inquieta. 
 
Despacio se puso de rodillas y comenzó a besarme la verga dura sobre el pantalón… por un momento y debido a la excitación perdí el equilibrio con la suerte de que estaba justo a pocos centímetros de la pared. XXXXX con habilidad desabrocho el botón de mi pantalón y bajo cuidadosamente el cierre, la verga me palpitaba dentro de la ropa interior… no pude verlo pero imagine como su boca se llena de saliva deseoso de tragarse mi verga entera… la saco con cuidado y la empezó a chupar… primero suave y despacio, delicado… dando pequeños giros con la lengua sobre mi glande húmedo e hinchado saboreando el dulce que emergía de mi interior… luego más enérgico, con un ritmo torpe para terminar haciéndome una oral profundo, dejándome a mi llevar el ritmo y penetrándole por la boca hasta sentir como mi verga se posaba en su garganta. 
 
Los jadeos, se convirtieron en gemidos… mis muslos y mis piernas estaban húmedos debido a la cantidad de saliva que se derramaba a cada envestida… el sudor me corría por la frente y por la espalda proporcionándome una sensación de calor y frio al mismo tiempo. 
 
No sé si pasaron 5 minutos, 10 o 30… el caso es que en este ir venir de envestidas y arcadas termine explotando en la boca de XXXXX… el silencio del cuarto oscuro se rompió con un gemido de satisfacción… mientras mi semen brotaba a chorros XXXXX inclino su cabeza y dejo deslizar toda mi verga dentro de su boca… no lo podía ver pero los sonidos de satisfacción que hizo mientras sentía como mi glande palpitaba en su boca extendieron mi orgasmo hasta producirme algo de mareo. 
 
Respire profundamente para recobrar el aliento, y sentí como XXXXX comenzó a levantarse en medio de la oscuridad, torpemente puso sus dedos sobre mis labios para no acercarse a ciegas y cuando estuvo a pocos milímetros de mi me dio un beso con su boca llena de mi semen. Compartimos así por unos minutos entrelazando nuestras lenguas y labios llenos de semen. 
 
Después de un rato la sensación dulzona del semen se disipo…nos dejamos de besar y el silencio se rompió por una carcajada cómplice entre los dos. Esa fue la primera, única y última vez que nos vimos en el laboratorio de fotografía que transformó en el catalizador de una historia que se estaba desarrollando en las sombras, como una impresión revelándose lentamente en el cuarto oscuro.
 
 
     Autor: Anónimo.